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La aplicación de toxina botulínica o botox ha demostrado ser útil en la hiperhidrosis de las axilas y las palmas. Su mecanismo de acción consiste en bloquear la transmisión nerviosa en la unión neuromuscular, deteniendo la producción de sudor entre el segundo y cuarto día después de la infiltración.

El tratamiento con toxina botulínica para la sudoración excesiva es fácil de aplicar, con efectos secundarios mínimos y alta efectividad en pacientes con hiperhidrosis primaria focal.

 

El procedimiento generalmente se realiza bajo anestesia local enfriando el área o anestesia tópica. Se observa una disminución en la cantidad de sudor en el área tratada progresivamente en 1-2 semanas.

La duración del efecto alcanzado es variable, variando de 6-8 meses. El tratamiento puede repetirse después de este tiempo, siempre que sea necesario.